Comunicadores “Copyright”: Sobreviven “Fusilando” Ideas
IDEAS… Por: Lic.
FEDERICO LAGARDA IBARRA
El Objetivo
Regional.- Básicamente el sistema de propiedad intelectual abarca: la Propiedad
Industrial y los Derechos de Autor... La primera incluye patentes, certificados
de invención, marcas, avisos y nombres comerciales, entre otros… Mientras que
su campo suele ser objeto de estudio del derecho mercantil, el derecho
internacional privado, el derecho económico y a veces como rama autónoma de la
ciencia del derecho...
Mientras que la
otra parte, o sea los derechos de autor, a veces se incluyen en el derecho
civil y también como rama independiente (derecho autoral); igualmente son
derechos que la Ley reconoce y protege en favor de un autor de cualquier obra
intelectual o artística, los siguientes: a).- el reconocimiento de su calidad
de autor, b).- el de oponerse a toda deformación, mutilación o modificación de
su obra que se lleve a cabo sin su autorización, y, c).- el usar o explotar
temporalmente la obra por sí mismo o por terceros, con propósitos de lucro y de
acuerdo a las condiciones establecidas en la Ley...
Después de esta
breve introducción técnica y, a manera de reflexión, se vale discernir acerca
de lo extremadamente interesante que resulta el estudio y conocimiento de esta
temática y si ¿No?, sólo veamos el caso de dos importantes comediantes de
nuestro medio artístico nacional que han vivido y soportado en carne propia los
estragos y beneficios del derecho autoral: primeramente tenemos la situación
que ha protagonizado y sufrido la actriz María Antonieta de las Nieves, quien a
pesar de que por más de tres décadas ha dado vida a “La Chilindrina” del
programa televisivo “El Chavo del 8”, no ha podido crear derechos sobre éste
personaje, pues el mismo está debidamente registrado y reconocido a su
verdadero creador y autor, Roberto Gómez
Bolaños “Chespirito” (QEPD)...
Mientras que el
reverso de la medalla, viene siendo el otro caso que se me viene a la memoria
de momento, y es el que vivió, pero éste favorablemente, la actriz Carmen
Salinas, pues en otro programa televisivo denominado “Los Perplejos”, esta
comediante volvió a dar vida a un personaje de los años 60, llamado: “La
Corcholata”, ganándose de inmediato el reclamo del autor de dicho personaje,
pero lo curioso es que nunca lo había registrado... A lo que la señora Salinas,
le contestó pública y cínicamente, que a pesar de no ser la creadora de “La
Corcholata”, ella sí lo había registrado debidamente ante quien correspondía, y
remató riéndose: “camarón que se duerme se lo lleva la corriente”...
Es claro que,
como estos dos ejemplos hay muchos, siendo por ello, lo esencial que resulta el
conocimiento de la propiedad intelectual, así como de situaciones tan básicas,
como: a dónde hay que acudir a registrar tanto algún invento, así como una obra
literaria o artística... Y por supuesto: quién es el órgano o autoridad
encargada de conocer y sancionar la Ley de la Materia...
Al respecto, es
válido añadir a ésta columna, otro tipo de “hurto al intelecto”, que algunos “carroñeros
de la pluma” realizan a “diestra y siniestra” en nuestra comunidad
periodística… Como es el caso de aquellos comunicadores “copyright” que sólo
sobreviven “maquillando” o “fusilando” publicaciones de gran interés, las
cuales se encuentran “desprotegidas” al no haberse plasmado en un medio
informativo debidamente registrado, a saber: artículos de fondo, tesinas, tesis
universitarias o hasta las “editoriales” de la mal llamada “Prensa Chica”…
Inclusive, su cinismo “raya” a tal grado, que en ciertas ocasiones ni tan
siquiera cambian el título (encabezado) de la nota plagiada… Y aunque éstas
“rémoras” de las ideas, mismas que nadan al margen de la “Ley de Imprenta”,
muchas veces escapan del brazo de la justicia, gracias a su “talento” para
“parafrasear” o cambiar algunas palabras, lo cierto es que, lo único que
consiguen es poner en evidencia su falta de capacidad al momento de escribir,
además de que distorsionan la sustancia original del autor, destrozando con
ello una investigación que llevó días o años de dedicación... En conclusión:
tan fácil que es brindarle el crédito que merece cualquier escritor, sin
distinción alguna y sin celos profesionales, toda vez que, algún día podríamos
crear un “bestseller” y a nadie le gustaría que algún idiota con lápiz y
“borrador” en mano lo echara a perder… Preferible que me roben la vida, a que
me quiten lo más sagrado que el ser humano pudiera anhelar: la inmortalidad
alcanzada por nuestros pensamientos publicados…
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